miércoles, 21 de junio de 2017



En pro de los refugiados

Venezuela y Colombia: lazos que jamás desaparecerán

Contando un límite internacional continuo de 2.219 kilómetros y un total de 603 hitos que demarcan la línea divisoria, la frontera colombo-venezolana es considerada una de las más activas a nivel mundial tanto por las relaciones culturales, sociales, económicas, entre otras.

Específicamente la frontera Departamento de Arauca Colombia y Distrito Alto Apure Venezuela cuenta con una serie de instituciones como Caritas, Acnur, Haias y CNR Comisión Nacional para Refugiados destinadas a la atención permanente de las Personas Necesitadas de Protección Internacional PNPI y de los ya considerados Refugiados.

Un rostro marcado por la guerra en Colombia

 
En este sentido, Pedro Pérez es un ciudadano colombiano de 80 años de edad, quien al igual que muchos colombianos padece los embates de una guerra  que nunca auspiciaron, sin embargo son ellos, los más vulnerables y trabajadores del campo los que terminan viéndose en la obligación de emigrar de su tierra natal, en busca no solo de mejores oportunidades sino con el fin preciso de resguardar la vida.

“Un día me vi en la necesidad de salir de mi tierra, sin ropa, sin cobija tan sólo con lo que traía encima, estaba en juego mi vida y la de los míos, y fue así que sin despedirme de los más cercanos me tocó venirme a Venezuela, y aquí estoy desde hace nueve años” relataba padilla, con sus ojos humedecidos, pero con la esperanza de vida a flor de piel.

Este ciudadano colombiano goza del status de refugiado, afirmó que a su llegada fue atendido de la mejor manera por las oficinas de atención al refugiado, Acnur, Haias entre otros organismo, quienes con interés resguardan su seguridad y óptima estadía en el país.

En relación al cierre de fronteras, Padilla señaló que ésta decisión toca no sólo a la población venezolana, que cada día se ve más afectada por el desabastecimiento, sino también a colombianos en condición bien sea de solicitante o refugiados, puesto que dificulta el acceso directo a servicios de primera necesidad.

“Debido a la condición de refugiados, no debemos cruzar fronteras, y sí convenimos acercarnos, sería con autorización de los organismos competentes”, dijo Padilla,  no obstante por la escasez de alimentos y de medicina en Venezuela tienen que sumarse a la compra de artículos como arroz, pasta, aceite, azúcar entre otros, productos de higiene personal, además de medicina a un costo muy alto, esto sin duda desestabiliza su ritmo de vida.

“Nuestro trabajo ha sido la asistencia humanitaria”

 
En este sentido Caritas con sede en la capital del Distrito Alto Apure, Guasdualito coordinado por Adelaida Correa indicó que la organización nace en la zona luego de la inundación de 2002, donde se observó  un gran grupo de personas con necesidades de protección y se creó  en convenio con Acnur, brindando  asistencia humanitaria.

Sobre los nuevos ingresos al país, “tenemos conocimientos con Acnur que sólo han ingresado unas dos familias (2017),  no sólo el cierre de la frontera ha influido, la situación país, sino también lo que ha significado el proceso de paz en Colombia ha ayudado a que en algunos lugares más que otros la violencia haya disminuido, eso da sensación de seguridad a los colombianos de que pueden estar en su país”.

En este orden de ideas Correa considera que es una situación muy positiva y de seguir así dentro de muy pronto “ya no necesitemos tener el área de refugio como de atención, sino de seguimiento con las personas que se quedaron en el país, que ya son parte de la comunidad y no son un grupo especifico que requiera una atención especial. Gracias a Dios ese número va disminuyendo y seguiremos apoyando a que consoliden su vida en Venezuela”.

Sobre el cierre de la frontera estipulada por el Presidente Maduro, la coordinadora de Caritas expresa que no ha afectado la dinámica del trabajo, más bien ha hecho despertar algo bien positivo que es la solidaridad, que se sigan atendiendo personas de cualquier religión, cualquier postura política o sectores sociales, ya que todos son Hijos de Dios.

En relación a las alianzas, Caritas Venezuela las ha afianzado con Caritas Arauca, se presentan situaciones comunes, han brindado apoyo en asistencia humanitaria, alimentos, medicamentos, a la par de fortalecer las líneas de la Iglesia Católica, aunado ahora al paso de venezolanos a Colombia, es por ello que en el vecino país se reúnen para brindar la atención adecuada a los que están llegando allí.

Asimismo, Caritas labora en coordinación con los militares venezolanos, ya que son los encargados de la seguridad del Estado, estableciendo alianzas para que la población reciba su protección y colaboración, mientras son conectados con las organizaciones encargadas sobre el tema.

Es importante aclarar, que las personas reciben asistencia mientras se ubican, ya capacitados se convierten en promotores, líderes de sus comunidades, en dirección a su desarrollo, para ello reciben kits de trabajo para cría de animales, huertas comunitarias, clases de habilidades manuales, oficios que ayudan a que desarrollen las actividades económicas y brinden servicio a la comunidades.

En esta línea se complementan proyectos sociales, de salud y educación como pilares fundamentales, y cuentan con una cooperativa de artesanas entre refugiadas y venezolanas y un grupo de adultos mayores de pequeños agricultores centrados en trabajos para su sustento y que puedan mantener su identidad como campesinos. 

Igualmente trabajan con proyectos de integración para las comunidades de Páez y Rómulo Gallegos, ya que los refugiados compartirán con los nacionales y quienes deben conocer sobre el derecho al refugio, puedan identificarlos, acompañarlos en esta red de protección, en la prevención de victimas y violencia de género brindando la ayuda que requieren, y puedan posteriormente regularizar su situación legal en el país.

Es por ello que colaboran con los aranceles, con los viajes a San Fernando capital del estado Apure para solucionar su situación legal, además coordina convenios con otras organizaciones de refugiados, migración, entre otros, siempre teniendo conocimiento de sus derechos. 

Además las personas que ingresan al país por diversas causas cuentan con una legislación en pro como es el artículo 69 de la Constitución Nacional de la República de Venezuela que contempla el derecho al asilo y al refugio, asimismo, la Ley Orgánica sobre Refugiados o Refugiadas y Asilados o Asiladas, publicado en Gaceta Oficial N° 37.296 del 2001 y con el Reglamento de la Ley Orgánica sobre Refugiados o Refugiadas y Aislados y Aisladas en Decreto N° 2.491 publicado en 2003.

“Yo llegué hace 24 años por la muerte del esposo mío”

 
Al observar a Leticia Rodríguez, vemos una mujer alta, de tez morena, alegre, que emana fuerza, con vestimenta colorida, un accesorio particular en su cabello… en ningún momento pasaría por la mente de nadie que pasó por una situación difícil.

“Soy una colombiana de Cravo Norte, Departamento de Arauca, yo llegué hace 24 años por la muerte del esposo mío que era agente de la Policía de Colombia, luego de su asesinato nos desplazamos a Venezuela, con mis hijos pequeños, a los dos años de estar aquí fue que me metí como refugiada, me daba miedo llegar a las oficinas ya que uno no sabía quién era quién”. 

“Aunque sólo llegué con un poquito de ropita, tuve que dejar todo, con más nada, lo más importante fueron mis hijos y aquí me encontré con un pueblo bueno, Venezuela era un paraíso, me encontré con mucha gente muy buena, que me ayudaron, vecinos que me dieron una cama, una estufa, yo no sufrí... A los días la gente me ayudaba a buscar trabajo, lavaba, cocinaba, para mis hijos que en ese entonces eran pequeños. Yo llegué con un niño especial, con malformación genética, y me ayudó mucho el gobierno en ese tiempo. Ahora el tiene 23 años ya es un niño prácticamente normal porque le han hecho muchas cirugías en el rostro”.

A su vez se dedicó a vender comida, empanadas, sancocho de gallina, y cuando el SJR Servicio Jesuita para Refugiados tenía presencia en la zona le ofrecieron un crédito para impulsar sus ventas.

En ese tiempo alguien le habló sobre una oficina de desplazados en Guasdualito: ¿usted no ha ido?, es bueno que vaya y cuenten su caso que es interesante, usted tiene las pruebas que es desplazada, allí le van a dar la ayuda, el refugio, así llegó a la oficina, relató.

Particularmente expresa que posee cédula de residente y la Lopna Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente, le ayudó con los papeles para su niño especial, además para la niña que este año sale del liceo, quienes recibieron la documentación a los 5 años de estar estudiando, también acuden a los servicios de salud en los centros de la zona como el CDI, y gracias a su trabajo diario cuenta con una vivienda “propia y buena”. 

Actualmente trabaja en labores de limpieza y asegura que siempre ha contado con la ayuda de Adelaida en Caritas, con las manualidades en la Cooperativa “Manos Artesanas de Guasdualito”, donde cada refugiada con su arte, hacen tejidos, zapatos, trabajaban con madera, y presentan sus diseños en fechas especiales como el día de la madre, del padre y para la Feria de Elorza.

Sobre el cierre de la frontera “nos hemos visto afectados por la cuestión de los alimentos, para nosotros no es fácil cambiar la moneda, para comprar los alimentos y las medicinas, sí nos hemos visto afectados un poquito pero hay que superar todas las barreras, seguir trabajando y saliendo adelante”.

“Ayudamos a las personas que tuvieron problemas desde Gaitán para acá”

 
Sergio Salvador del área de Fortalecimiento y Movilidad Humana de Caritas con sede en Caracas informó que continúan con el circuito humanitario, oficinas en Machiques, Guasdualito, San Cristobal, Caracas y con el Consejo Noruego habilitaron oficina en Barinas.

“Trabajamos también para apalancar las ayudas humanitarias, ayudamos a las personas sobre todo luego de la debacle que tuvieron con los problemas desde Gaitán para acá, se llegaron a contabilizar muchos ataques, enfrentamientos de diferentes grupos, ahora están en otro proceso, de paz, ya se están desmovilizando, y nuestro país fue siempre un país receptor”.

La estadística para todo el cruce humanitario de Colombia a Venezuela ha disminuido, el país tuvo una historia hermosa con puertas abiertas, los hermanos colombianos han tenido estadía en sectores rurales y luego se trasladan a los centros poblados, “tenemos historias muy hermosas, el colombiano es gente trabajadora, para adelante, que trabajan la tierra, buena gente”. 

Ahora Venezuela se presenta como país de migrantes, es por ello que Caritas de otros países les colaboran a los venezolanos, han constatado que el venezolano a nivel nacional es un pasante económico, en este caso brindan abordaje económico, se les informa sobre los problemas de trata, con el porte de la mujer venezolana, las grandes mafias se aprovechan. 

Anteriormente salían del país jóvenes con potencial académico, ahora emigran de todos los estratos, medios y bajos, muchos venezolanos están buscando sustento económico y alimentario en Colombia.  

Lo importante, en todo caso, es que del lado de la frontera que se encuentre la persona sea venezolano o colombiano, siempre va a contar con la mano amiga de las organizaciones encargadas de brindar cobijo a las Personas Necesitadas de Protección Internacional PNPI y Refugiados, como Acnur, Haias, Caritas y la Comisión Nacional para Refugiados CNR.

 (Texto y fotos: Rangel Yetsi / Salas Sheymar / Urbina Yelitza ).

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