El 23 de enero de 1958, un movimiento cívico-militar
derrocó al gobierno dictatorial de Marcos Pérez
Jiménez, quien abandonaría el país con rumbo a República Dominicana a
bordo del avión presidencial la «Vaca Sagrada».
El antecedente más cercano de
dicho acontecimiento se produjo el primero de enero del mismo año, cuando
aviones de guerra surcaron los cielos despertando a toda Caracas. El asombro
fue mayúsculo, incluso para los propios partidarios del gobierno, ya que hacía
exactamente un mes, se había efectuado un plebiscito para prolongar el mandato
de Pérez Jiménez, darle cierta solidez a su régimen y legitimidad ante las
Fuerzas Armadas.
Sin embargo, a pesar de que el alzamiento fue develado, a
medida que se fueron revelando los nombres de los implicados se pudo apreciar
cuán extendido y profundo era el malestar entre los oficiales de las tres
fuerzas.
Por tal motivo, aunque el golpe fracasó no fortaleció al gobierno,
sino que aceleró el proceso de deterioro que terminaría 23 días más tarde con
su caída. Esto último fue producto de una acumulación de oposiciones que, al
final convirtieron el derrocamiento de la dictadura en una causa nacional.
Por tal motivo, y conmemorando esta histórica fecha, el
pueblo venezolano, se congregó en la ciudad de Caracas, con total efusividad y entusiasmo,
expresando de esta manera su placidez por vivir en un país totalmente libre y
democrático, donde además se demostró u rotundo apoyo y deseos en común por la
recuperación total del presidente de la República Hugo Rafael Chávez Frías.
OPAM:
Texto: Lcdo.: Nelson Berrios, Fotos: Archivo.
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